La malnutrición es un problema frecuente y una causa importante de morbi-mortalidad en el paciente con cáncer. Más allá del deterioro físico que condiciona, la desnutrición tiene también impacto a nivel psicológico y social para el paciente y su familia. Por todo ello, el diagnóstico nutricional debería integrarse y constituir una prioridad en la valoración global y en el plan terapéutico de los pacientes.
El paciente debe saber que hábitos personales como el consumo de alcohol o tabaco están directamente relacionadas con la aparición de anorexia, pérdida de apetito, y disminución en la absorción de los nutrientes.
También pueden verse implicados factores psicológicos como el miedo a la enfermedad, a la muerte o a los tratamientos, la ansiedad y la depresión. La irregular adaptación a la enfermedad impacta de manera clara en el impacto nutricional y directa e indirectamente en la calidad de vida.
La relación entre cáncer y desnutrición es bidireccional, ya que la enfermedad puede causar desnutrición y la desnutrición afecta de manera negativa al pronóstico de la enfermedad.
El deterioro nutricional tiene impacto en la supervivencia, aumenta la incidencia de complicaciones, dificulta la tolerancia del tratamiento oncológico y, sobre todo, deteriora la calidad de vida de los pacientes.
Siga las recomendaciones de los profesionales sanitarios para mantener una adecuada alimentación y evitar la malnutrición.
Fuente: Dr. Juan Antonio Virizuela Echaburu y Dra. Carmen Beato Zambrano.
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