La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria, desmielinizante y neurodegenerativa que afecta a unos 3 millones de personas en el mundo, 700.000 en Europa y unos 55.000 en España. Afecta a personas jóvenes, con predilección por las mujeres en proporción 3 a 1. Si no se trata a tiempo y adecuadamente, ocasiona discapacidad en un porcentaje elevado de pacientes tras unos 10 a 15 años, teniendo una gran repercusión en la vida personal, familiar y conllevando un elevado coste social y económico.
Las manifestaciones clínicas pueden ser muy variadas y establecer el diagnóstico es complejo, ya que puede confundirse conotras muchas enfermedades. El diagnóstico temprano es esencial, puesto que, al principio de la enfermedad, los tratamientos de los que disponemos son mucho más eficaces que si se emplean en fases más avanzadas de esta.
Es por eso que en el marco del 18 de diciembre, Día Nacional de la EM, EME (Esclerosis Múltiple España) publica una infografía de utilidad en materia de divulgación y concienciación acerca de esta enfermedad, que recoge una síntesis de los síntomas más comunes, tanto visibles como invisibles. Temblores, falta de coordinación o ataxia, trastornos del habla, problemas de vejiga e intestinales… se suman a otros que no pueden percibirse a simple vista, como la fatiga o debilidad, problemas de movilidad, trastornos cognitivos, trastornos visuales, espasticidad, trastornos emocionales, dificultad al tragar, pérdida de equilibrio, vértigos y mareos, alteraciones de sensibilidad, dolor, trastornos del sueño y problemas de sexualidad e intimidad.

Otros síntomas menos frecuentes
Hay algunos síntomas que se manifiestan de manera poco frecuente, como la pérdida total de visión, la falta de control de esfínteres, la pérdida de la audición (entre el 5% y el 6% de las personas con EM), neumonía y otras infecciones pulmonares (en algunas ocasiones la dificultad al tragar puede derivar en neumonía y otras infecciones pulmonares al ahogarse o atragantarse con alimentos la persona), y, en casos graves, parálisis parcial o total.
Otro síntoma menos frecuente pero muy característico es el “abrazo de la esclerosis múltiple”: una sensación de dolor alrededor del estómago o el torso. Se trata de un síntoma de dolor neuropático (dolor que se produce por un funcionamiento anómalo del sistema nervioso, que interpreta los estímulos de forma errónea) provocado por una lesión en la médula espinal, la cual causa espasmos en los músculos situados entre las costillas. Algunas personas expresan que el dolor les produjo dificultad al respirar, mientras otras afirman haber sentido un malestar lo suficientemente intenso como para hacerles creer que estaban teniendo un ataque al corazón.
Es crucial que las personas con EM estén bien informadas y sean proactivas al detectar pronto los síntomas de la EM para mejorar su manejo. El abordaje debe ser personalizado y multidisciplinar, teniendo en cuenta el tratamiento farmacológico (fármacos moduladores de la enfermedad y otros indicados para los síntomas) y no farmacológico (fisioterapia, terapia ocupacional, neuropsicología, logopedia, etc.). Por este motivo suelen participar, según las necesidades de cada persona, diferentes profesionales sanitarios y sociosanitarios, como neurólogos, fisioterapeutas, psicólogos, urólogos, enfermeras, oftalmólogos, farmacéuticos interviniendo desde diferentes perspectivas.
Desde las Unidades de Farmacia de Pacientes Externos, lugar donde se dispensan los medicamentos para tratar esta enfermedad, los farmacéuticos de hospital estamos a la disposición de los pacientes para informarles sobre su tratamiento. En el siguiente enlace (https://tufarmaceuticodeguardia.org/enfermedades/enfermedades-neurologicas/esclerosis-multiple) puede encontrar más información acerca de la esclerosis múltiple y los tratamientos disponibles en la actualidad. Con el arsenal terapéutico actual podemos controlar los episodios de reagudización de la enfermedad o brotes y, lo que es más importante, reducir de forma considerable el porcentaje de pacientes que pasan a las formas progresivas de la enfermedad, permitiéndoles desarrollar una vida prácticamente normal durante muchos años.
Fuentes (consultadas 18/12/2021)
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