Cada vez es mayor el número de personas que padecen enfermedades crónicas, debido al envejecimiento de la población y a la mayor esperanza de vida. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 42% de la población española sufre, al menos, una enfermedad crónica. Existen importantes diferencias según grupos de edad, siendo el 90% de personas con más de 85 años los que presentan algún problema de salud crónico, el 50% de personas de entre 45-54 años y el 20% de personas de entre 15-24 años. También aparecen diferencias entre hombres y mujeres. Las enfermedades crónicas más frecuentes en mujeres son artrosis, hipertensión y dolor de espalda crónico; y en hombres prevalecen la hipertensión, la hipercolesterolemia y el dolor de espalda crónico. Otro dato importante es que alrededor del 25 % de personas con patologías crónicas de más de 65 años presentan dependencia funcional para actividades como asearse, sentarse o levantarse.
Cuando el paciente es diagnosticado de una enfermedad crónica puede optar por varios caminos: delegar sus cuidados a su médico, enfermera o cuidador o por el contrario, asumir un rol de protagonista en el control de su patología. Esta última opción los pacientes toman el control de su enfermedad y de su cuidado, para mantener una calidad de vida lo más normalizada posible, transformándose así en pacientes activos. El secreto está en:
- Informarse sobre los aspectos clave de la enfermedad.
- Tener una buena relación con los profesionales sanitarios, a quienes se preguntarán todas las dudas o preocupaciones relativas a la enfermedad.
- Vivir como una persona con una enfermedad y no como una persona enferma, siempre condicionada por esta.
- Manejar las emociones y no dejarse llevar por la depresión, la angustia o el estrés.
Como farmacéuticos, nuestro objetivo fundamental con este tipo de pacientes es ayudarles a mantener una buena adherencia al tratamiento desde el diagnóstico. Para algunos pacientes (personas dependientes o con tratamientos de gran complejidad) el cumplimiento terapéutico puede suponer grandes dificultades, sin embargo, la formación e información que les podamos proporcionar serán claves. Debemos asegurarnos de que los pacientes comprenden la siguiente información:
- Nombre de sus medicamentos, dosis, forma de administración, frecuencia, para qué sirven, qué hacer si se le olvida tomarlos, el lugar donde hay que almacenarlos o qué hacer cuando ya no se necesitan.
- Importancia de tomarse los medicamentos prescritos por el médico con la posología y duración indicadas.
- Conocimiento de los posibles problemas relacionados con los medicamentos para saber qué hacer en el caso de que aparezcan.
- Posibilidad de consultar con su médico, enfermero o farmacéutico ante cualquier duda sobre su medicación o enfermedad.
Fuentes (consultadas 22/02/2022):
- https://www.escuelacantabradesalud.es/documents/2270225/4551534/Manejo+de+la+Cronicidad.pdf/08b00f3d-314b-fd80-abc4-ab736bc15e76?t=1485368894388
- https://www.pfizerpro.es/mapa-de-la-cronicidad-en-espana
- https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259926692949&p=%5C&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m1=PYSDetalle¶m3=1259924822888
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