¿Qué es la esclerodermia?
La esclerodermia es una enfermedad reumática crónica de origen autoinmune. Normalmente afecta a la piel, que llega a endurecerse, pero también pueden verse afectados otros órganos. Se considera que tiene un origen multifactorial en el que intervienen factores genéticos y ambientales.
Se produce por el crecimiento anormal del tejido que da forma y estructura a los órganos del cuerpo. Este crecimiento anormal produce su endurecimiento y engrosamiento.
Se identifican 3 tipos de esclerodermia:
- Esclerodermia localizada: afecta a la piel.
- Esclerodermia sistémica: afecta a órganos internos y a la piel, en algunas casos con menor afectación (esclerodermia sistémica limitada) y en otros con mayor afectación (esclerodermia sistémica difusa)
- Esclerodermia sin esclerodermia: no hay afectación cutánea pero sí de órganos internos.
La esclerodermia es una enfermedad rara que afecta a 3 de cada 100.000 personas. Resulta más frecuente en mujeres y suele aparecer entre los 30-50 años.
¿Cómo se desarrolla y cuáles son sus síntomas?
La evolución y progresión de la enfermedad es muy variable. En general existe alteración a 3 niveles:
- Afectación vascular, con estrechamiento y endurecimiento de los vasos sanguíneos.
- Cambios inflamatorios, con fibrosis o endurecimiento de los tejidos y órganos por un aumento en la producción de colágeno.
- Alteración inmune, con presencia de anticuerpos específicos en sangre (sirven como prueba diagnóstica).
Los síntomas principales son:
- Síntomas generales: son los más frecuentes y destacan cansancio, artralgias, mialgias, hinchazón de manos y pérdida de peso.
- Manifestaciones cutáneas: cambios en la pigmentación de la piel o arañas vasculares.
- Fenómeno de Raynaud: cambio de coloración de los dedos debido al frío o al estrés.
- Afectación pulmonar: fibrosis pulmonar.
- Afectación del corazón: taquicardias o arritmias.
- Afectación renal: hipertensión arterial.
- Afectación del aparato digestivo: problemas en la deglución, reflujo, ardor, estreñimiento o diarrea.
- Problemas para conciliar el suelo o ansiedad.
- Infecciones frecuentes.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la esclerodermia engloba 3 grupos de fármacos:
- Vasodilatadores, para mejorar el flujo sanguíneo.
- Anti-fibróticos, para reducir la producción de colágeno.
- Inmunosupresores, para reducir la actividad del sistema inmune.
¿Qué consejos debe seguir?
Ante una patología como la esclerodermia los consejos más importantes a seguir son:
- Beba agua de manera frecuente, sobre todo para reducir los problemas gastrointestinales.
- Evite alimentos como chocolate, bebidas gaseosas o café, que puedan favorecer la sensación de ardor.
- Hidrate la piel diariamente y usa fotoprotectores para evitar hiperpigmentación de zonas afectadas.
- Evite el tabaco, ya que aumenta los problemas circulatorios asociados a esta enfermedad.
- Practique ejercicio moderado para evitar inmovilidad de las articulaciones.
- Intente reducir las situaciones de estrés y conseguir un buen descanso.
- Evite las bajas temperaturas, tanto en casa como al aire libre, para reducir la inflamación de los dedos.
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