Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud no es sólo la ausencia de enfermedad sino que además es un estado completo de bienestar físico, mental y social. Esta definición está recogida en la Constitución de la OMS que entró en vigor el 7 de abril de 1948.
Cada año se escoge un tema basado en las necesidades de diferentes países para el Día Mundial de la Salud. Para el próximo 7 de abril de este año el tema central es “Nuestro planea, nuestra salud”. Se pretende con él, motivar a los gobiernos y la ciudadanía a adoptar medidas para proteger el planeta y su salud y dar prioridad a las sociedades del bienestar.
Nuestra salud no depende sólo de nosotros mismos, sino también del ambiente que nos rodea y del entorno en el que vivimos. La OMS calcula que cada año se producen más de 13 millones de defunciones debidas a causas ambientales evitables. La crisis climática es una amenaza importante para la salud y nuestras decisiones políticas, sociales y comerciales están favoreciendo cada vez más esta crisis climática y sanitaria.
La contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles, la propagación de enfermedades por mosquitos a zonas atípicas debido al calentamiento del planeta, los fenómenos meteorológicos extremos, la degradación del suelo, la escasez de agua o la contaminación de los océanos por los plásticos son escenarios que afectan a la nuestra salud, además de a la del planeta. Tampoco debemos olvidar que la fabricación de alimentos y bebidas ultraprocesados y poco saludables están impulsando una ola de obesidad, aumento del cáncer y las enfermedades cardiovasculares; al tiempo que generan una enorme cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Para romper con todo esto es necesario adoptar medidas legislativas, reformar las empresas y apoyar e incentivar a las personas para que tomen decisiones saludables. Sobre las medidas que puedan tomar los gobiernos y las empresas no tenemos gran influencia de forma individual y conlleva periodos largos de tiempo el implantarlas. Pero cada uno tenemos en nuestra mano instaurar hábitos para conseguir un estado de salud óptimo tanto para nosotros como para el planeta. Algunos ejemplos son:
- Llevar una dieta basada en alimentos lo menos procesados posible y de proximidad.
- Hacer ejercicio regularmente.
- Gestionar el estrés y la ansiedad.
- Mantener hábitos de sueño correctos.
- Desplazarse en la medida de lo posible a pie, en bicicleta o en transporte público.
- Apagar las luces que no se estén utilizando y evitar el desperdicio de agua.
Fuentes (consultadas 01/04/2022)
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