El tipo de ejercicio que debe realizar una persona con esclerosis múltiple depende del grado de la enfermedad y de discapacidad, de la edad y del estado físico de cada uno. De una manera general para todos los pacientes, los ejercicios moderados y realizados de una manera regular son beneficiosos para tratar algunos de los síntomas de la esclerosis múltiple.
El objetivo de los ejercicios es trabajar las diferentes áreas del cuerpo que puedan estar más afectadas por la enfermedad (postura, equilibrio, estabilidad del tronco, control de la pelvis, fuerza, estiramientos, respiración y brazos y manos).
A lo largo de los años, se ha estudiado el efecto de la actividad física en la esclerosis múltiple. Se ha visto que, si las características del paciente lo permiten, la actividad física acuática es de las más beneficiosas para tratar algunos síntomas de la enfermedad (consultando siempre al Neurólogo). Habría que comenzar con sesiones suaves de baja intensidad y poca duración (30 minutos por sesión,1 ó 2 días a la semana). Otro tipo de ejercicios que se le pueden recomendar son: estiramientos, ejercicios con balones, ejercicios en colchoneta, caminar sobre arena o bicicleta estática.
Es importante adaptar los ejercicios a cada paciente, por lo que el médico o el fisioterapeuta especialista le indicará cuales son los ejercicios beneficiosos para usted. El entrenamiento se recomienda a un paciente es individual, es decir, un mismo entrenamiento puede no ser válido para otro.
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