La fibromialgia consiste en una anomalía en la percepción del dolor, de manera que se perciben como dolorosos, estímulos que habitualmente no lo son. Además del dolor, la puede ocasionar muchos otros síntomas: el 90% de los pacientes tienen cansancio, el 70-80% trastornos del sueño y hasta un 25% ansiedad o depresión. También son muy frecuentes síntomas como mala tolerancia al esfuerzo, la rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por las mañanas, y la sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies a modo de hormigueo, jaquecas, dolores en la menstruación, colon irritable y sequedad en la boca y los ojos.
Es una enfermedad que la padece entre el 2% al 6% de la población, sobre todo mujeres, pudiendo presentarse como única alteración (fibromialgia primaria) o asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante). Es importante conocer la naturaleza de la enfermedad y cuáles son los factores desencadenantes de brotes, tratar las alteraciones psicológicas asociadas si las hay (ansiedad y depresión), administrar analgésicos para conseguir una mejoría en la calidad de vida y realizar ejercicio físico suave diariamente.
Con motivo del día internacional de la fibromialgia (12 de Mayo), desde el equipo de www.tufarmaceuticodeguardia.org os emitimos recomendaciones sobre los beneficios del ejercicio en pacientes con fibromialgia.
¿Qué tipo de ejercicios son los más adecuados?
Los estudios publicados sobre la evidencia de los efectos del ejercicio en el tratamiento de pacientes con fibromialgia demuestran su efecto sobre la sensación global de bienestar, función física y, probablemente, el dolor y la hiperalgesia. Estos beneficios se obtendrían tras un ejercicio continuado de al menos 12 semanas. Entre los ejercicios recomendados se encuentran:
- Ejercicios aeróbicos. Se recomiendan los ejercicios de bajo impacto (caminar o ejercicios en agua). Se debe prescribir más de 20 minutos de ejercicio aeróbico diario, aunque la duración puede acortarse en días en los que la sintomatología esté más empeorada. Este tipo de ejercicios utilizan grandes grupos musculares con aumento de la frecuencia cardíaca.
- Ejercicios de fortalecimiento muscular. Utilizando pesas, bandas elásticas o el propio peso del paciente, este tipo de ejercicios mejoran la fuerza, la resistencia y la potencia muscular a través de contracciones musculares.
- Ejercicios de estiramiento o flexibilidad. Antes debe hacerse un calentamiento suave o pasivo. Se debe realizar el estiramiento hasta el límite de resistencia del músculo, pero sin producir dolor, y mantenerlo durante 10-20 segundos.
La frecuencia de ejercicio físico debe ser de dos veces por semana como mínimo e ir aumentando la intensidad del ejercicio de forma progresiva. Se propone hacer cambios en la intensidad cada 12 semanas, con el objetivo de evitar un estancamiento en la adaptación fisiológica del sujeto.
En conclusión, tanto el ejercicio aeróbico practicado a baja intensidad y el de fortalecimiento muscular han demostrado gran eficacia, por ello las terapias de ejercicio físico con bajo impacto mecánico como yoga, Tai Chi, caminaro programas de ejercicio en suelo o en piscina caliente (34ºC) son habitualmente recomendados como tratamientos coadyuvantes para paliar los síntomas de esta patología. Los ejercicios de flexibilidad o estiramiento pueden presentar mejoras significativas, pero requieren de más estudios al igual que trabajos que evidencien la superioridad de uno frente a los otros.
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