La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica frecuente entre personas jóvenes, y afecta predominantemente a mujeres en edad fértil. Cuando una mujer con esclerosis múltiple se plantea quedarse embarazada, debe consultar con su neurólogo para que le aconseje, y le de una serie de recomendaciones a seguir en cuanto a su tratamiento. La planificación del embarazo y un adecuado control de la enfermedad son de gran importancia.
El uso de fármacos modificadores de la enfermedad durante el embarazo no siempre están aconsejados, debido al desconocimiento de los efectos que estos fármacos puedan tener sobre el feto. Su médico le indicará si debe interrumpir su tratamiento antes y/o durante los meses del embarazo.
Medicamentos en el embarazo |
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A VALORAR POR EL MÉDICO |
NO ACONSEJADOS |
CONTRAINDICADOS |
Metilprednisolona |
Azatioprina |
Metotrexato |
Interferones |
Ciclofosfamida |
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Inmunoglobinas |
Benzodiacepinas |
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Baclofeno |
Fenitoina |
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Amantadina |
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Carbamacepina |
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Fluoxetina |
Durante el embarazo se ha visto que se modifica su tasa anual de brotes habitual, observándose una disminución en la incidencia de brotes durante el tercer trimestre. Aunque es importante saber que algunos de los cambios fisiológicos que experimentan frecuentemente las mujeres embarazadas pueden empeorar los síntomas de la enfermedad (cansancio, pesadez de piernas, inestabilidad al andar…).
En el postparto, se ha observado que pueden aumentar los brotes. La lactancia materna se puede recomendar siempre que la enfermedad esté estable, si por el contrario existe inestabilidad y sintomatología se puede desestimar para iniciar de nuevo el tratamiento modificador de la enfermedad, ya que la mayoría de los tratamientos para la enfermedad están contraindicados durante este período.
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