El lupus eritematoso Sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune, en la cual la afectación de la piel es muy frecuente. Se estima que alrededor del 80-90% de las personas con LES tienen algún grado de afectación de la piel, siendo la sensibilidad a la luz ultravioleta, en concreto a los rayos A (UVA) y B (UVB), la característica más común. Es lo que se conoce como fotosensibilidad, y su grado y tipo de lesión cutánea asociada varían de una persona a otra.
Estos rayos UVA y UVB están en la luz solar, y aunque el sol no es la única fuente emisora es a la que estamos más expuestos, por ello se habla de evitar su exposición. Otras fuentes de rayos UVA son: lámparas, flexos y fluorescentes. Hay que destacar que las lámparas tipo LED no emiten este tipo de luz ultravioleta. De los dos tipos de radiación, los UVA llegan con más intensidad, mientras que los UVB son frenados por la capa de ozono, llegando a la piel en menor cantidad.
Aunque la recomendación más extendida es la de evitar la exposición al sol, no todas las personas con LES van a presentar el mismo grado de intolerancia al sol. Así, habrá personas que tendrán una gran fotosensibilidad con gran intolerancia y lesiones a la mínima exposición, otras que presentarán un empeoramiento o brote clínico tras un tiempo determinado de exposición solar, y otras que tras exponerse al sol con protección, no desarrollan ninguna reacción.
En los pacientes con LES sin fotosensiblidad una exposición solar progresiva puede ser interesante para mejorar la producción de Vitamina D. La mayoría de personas con LES tienen valores reducidos o deficitarios de esta vitamina, fruto de evitar el sol. La vitamina D juega un papel importante en el sistema nervioso, muscular e inmunitario y ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales componentes de los huesos.
Así, desde la Sociedad Española de Reumatología se ha elaborado una lista de precauciones que deberían tomar los pacientes con LES a la hora de exponerse al sol.
- Usar prendas de manga larga y tela fina que cubran los brazos y sombrero, efectivos para reducir la piel expuesta.
- Usar de gafas de sol.
- Utilizar crema solar con protección 50+ en áreas expuestas. Se deberá aplicar, al menos, cada dos horas y es importante no olvidarse de la zona de cuello y orejas.
- Consumir líquidos abundantemente, preferiblemente agua libre de azúcar.
- Regular el consumo de alcohol.
- Aumentar el consumo de frutas con abundante contenido en agua.
- Limitar el tiempo de exposición. 15-30 minutos de exposición al día son suficientes para mantener una producción adecuada de vitamina D.
- Evitar las horas con mayor incidencia de rayos solares. Se recomiendan las franjas de luz solar matutinas (8-10h) y las últimas horas de la tarde (a partir de las 19h).
- Evitar las cámaras de bronceado.
- Consultar con su reumatólogo si alguno de los fármacos que está tomando (derivados de los salicilatos, metotrexato, dolquine y tiacidas, entre otros) puede tener efectos adversos, como lesiones en la piel, al verse influido por la exposición solar.
Fuentes:
Revista 19, Lupus España, Federación Española de Lupus.
Sociedad Española de Reumatología
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