En la esclerosis múltiple, los genes sólo explican una parte del riesgo de sufrir la enfermedad, a esto se añade el estilo de vida y los factores ambientales como factores clave en el riesgo de esclerosis múltiple. Es importante destacar que estos factores no genéticos pueden influir en las vías de producción de la enfermedad, y algunos de ellos pueden modificarse.
Además de los factores establecidos que aumentan el riesgo (alta altitud, sexo femenino, tabaquismo, bajos niveles de vitamina D causados por la insuficiente exposición al sol y / o la ingesta dietética y la infección por el virus de Epstein-Barr), también se ha observado que los disolventes orgánicos y el trabajo por turnos confieren un mayor riesgo de la enfermedad, mientras que factores como la infección por citomegalovirus y el consumo de café están asociados con un riesgo reducido.
Se ha observado que ciertos factores – el tabaquismo, la infección por Epstein-Barr y la obesidad – interactúan con los genes de riesgo, señalando una vía que produce la enfermedad e implica un efecto del sistema inmunitario. Todos los factores de riesgo descritos pueden influir en el efecto del sistema inmunitario , que tiene especial implicación en la enfermedad.
A diferencia de los factores de riesgo genéticos, pueden modificarse muchos factores ambientales y de estilo de vida, con potencial de prevención, en particular para las personas de mayor riesgo, como los familiares de las personas con esclerosis múltiple.
Fuente: Olsson T, Barcellos LF, Alfredsson L. Interactions between genetic, lifestyle and environmental risk factors for multiple sclerosis. Nat Rev Neurol. 2017 Jan;13(1):25-36. doi: 10.1038/nrneurol.2016.187. Review. PubMed PMID: 27934854.
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