La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria, desmielinizante y neurodegenerativa del sistema nervioso central de carácter progresivo y curso fluctuante con prevalencia alta en adultos jóvenes. Sus síntomas varían dependiendo de la localización y la extensión de estos focos desmielinizantes. Esta pérdida de mielina se asocia con una serie de síntomas muy frecuentes, como son la espasticidad, la debilidad y la fatiga, que a su vez dificultan los movimientos y provocan alteraciones en la marcha.
En la población general, existe una serie de problemas secundarios asociados a esta falta de actividad como son la osteoporosis, la obesidad y la disminución de la resistencia cardiopulmonar. A estas complicaciones, a las personas con EM se añadiría la aparición de debilidad por desuso, que es bastante común entre ellas. Cualquier actividad les supone un sobreesfuerzo, lo que podría explicar que estas personas sean menos activas físicamente en comparación con la población sana.
La marcha como tratamiento rehabilitador para la esclerosis múltiple
Varios estudios señalan el papel beneficioso de la actividad física, ya sea en forma de entrenamiento aeróbico o de resistencia, tanto para los síntomas de la EM como para la salud emocional, el estado emocional y la calidad de vida.
Para conseguir instaurar una rutina de ejercicio efectiva, es importante contar con diferentes opciones para mejorar el nivel de actividad física. Estas tienen que ser suficientemente atractivas, variadas y prácticas para las personas con EM como para garantizar su adhesión.
Una de las opciones es el entrenamiento de la marcha en cinta rodante, que diversos estudios mencionan como tratamiento rehabilitador, ya que la práctica repetida de caminar refuerza los circuitos neuronales que contribuyen al control de la marcha y el equilibrio. La cinta tiene la ventaja de permitir una velocidad constante, por lo que la intensidad del ejercicio también es constante. Además, se evita tener obstáculos y permite apoyarse con los brazos. Esto implica una marcha segura, que permite concentrarse mejor en la rehabilitación, poniendo el foco en mejorar el alineamiento del cuerpo, aumentar la estabilidad y conseguir patrones de movimiento normales, reentrenando así la longitud del paso, el juego talón-punta y la disminución de la base de sustentación.
Pautas para un ejercicio adecuado
El programa de entrenamiento deberá ser revisado por un fisioterapeuta para garantizar la seguridad de la persona durante el ejercicio, revisando parámetros como su frecuencia cardíaca. Además, el fisioterapeuta podrá detectar si el ejercicio que se quiere hacer es el adecuado o, en caso contrario, adaptar el programa de entrenamiento a las necesidades de cada persona, para evitar un esfuerzo excesivo que pueda empeorar cualquier síntoma de la enfermedad.
Algunos consejos prácticos para que la realización de un entrenamiento de la marcha en cinta rodante no suponga un riesgo para la persona diagnosticada de EM son:
- Mantener una temperatura ambiental fresca.
- Usar ropa adecuada.
- Buscar el momento del día en el que se tolere mejor el ejercicio.
- Introducir pequeños periodos de descanso si fuera necesario.
- Alcance gradualmente un tiempo máximo de 30 minutos.
- Con una inclinación inicial de la cinta de 0 grados.
- A una velocidad determinada por el sujeto y que le permita mantener un ritmo de marcha confortable.
Se puede aumentar la velocidad y la inclinación según la propia tolerancia y las indicaciones del fisioterapeuta. Para poder conseguir los beneficios de este ejercicio, se recomienda que la frecuencia de entrenamiento sea de 3 a 5 días por semana.
Fuente
https://www.observatorioesclerosismultiple.com/es/vivir/deporte/caminar-en-casa-un-ejercicio-para-la-esclerosis-multiple/ Consultada el 30/04/2021
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