La anemia es una enfermedad que se produce por una disminución de los glóbulos rojos, o también llamados eritrocitos, que genera a su vez una disminución de la capacidad que tienen de transportar oxígeno a todas las partes del cuerpo. Por ello, el organismo no tiene suficiente oxígeno para mantener sus necesidades.
Las necesidades de oxígeno varían en función de distintos factores como:
- Edad
- Sexo
- Altitud sobre el nivel del mar
- Algunas condiciones como el tabaquismo
- El embarazo
La anemia produce cansancio, reduce la tolerancia al ejercicio, aumenta el número de latidos cardiacos, es decir las pulsaciones. Normalmente las personas con anemia presentan palidez en la piel y algunas veces incluso la pueden tener amarillenta. La intensidad de estos síntomas depende del nivel de hemoglobina, pero también de la velocidad de instauración de la anemia, de forma que las anemias de instauración lenta, que suelen ser la mayoría, producen pocos síntomas. Esto se debe principalmente a que el organismo tiene mecanismos compensadores que permiten tolerar cifras bastante bajas de hemoglobina, siempre que otros órganos (pulmón, corazón, etc.) funcionen correctamente.
Aunque hablamos de anemia de forma general, lo cierto es que existen una gran variedad y tipos de alergia. Entre ellos distinguimos:
- Anemia ferropénica: se produce por una disminución del hierro en el organismo. El hierro es responsable de la producción de glóbulos rojos que, como habíamos visto, son los que transportan oxígeno en el organismo. Esta es la causa más frecuente de anemia
- Anemia perniciosa: se produce por un déficit de vitamina B12, que también es responsable de la producción de glóbulos rojos. Por ello, también hay una reducción en el transporte de oxígeno en el organismo.
- Anemia megalobástica: se produce por un déficit de ácido fólico que está relacionado con la formación y crecimiento de los glóbulos rojos. En este tipo de anemia los glóbulos rojos suelen estar agrandados.
- Anemia hemolítica: se produce cuando la médula ósea, que es la responsable de la producción de nuevos glóbulos rojos, no funciona de manera correcta y no produce estos glóbulos rojos a la misma velocidad en la que se destruyen en el organismo.
- Anemia aplásica idiopática: se produce cuando se dañan las células madre de la médula ósea, que son las responsables de la producción de las células sanguíneas.
- Anemia por enfermedad crónica: en este caso es una enfermedad la que produce una disminución de los glóbulos rojos. Se puede producir en algunos cánceres, hepatitis C o B, algunos trastornos inmunitarios o incluso la enfermedad de Chron.
- Anemia depranocítica: es una enfermedad hereditaria en la que los glóbulos rojos no tienen el tamaño y la forma que deberían.
- Talasemia: esta enfermedad también es hereditaria y se caracteriza porque no se produce suficiente hemoglobina. Por ello, los glóbulos rojos no funcionan de forma correcta y se desencadena en una anemia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los datos de laboratorio que deben estar presentes para el diagnóstico de anemia son:
En caso de que usted haya presentado alguna de las causas de anemia como, tener sangrados repentinos, tener una enfermedad inflamatoria crónica, como la enfermedad de Chron o la colitis ulcerosa, no se alimenta correctamente o tiene alguna enfermedad que puede dañar la médula ósea, que es la que produce nuevos glóbulos rojos, debe consultar con su médico para que pueda estudiar la posible presencia de anemia para intentar así corregir la causa y tratarla.
Para poder mejorarse o incluso curarse, debe de aclarar por qué se ha producido esa anemia, corregir su causa y poner en marcha actuaciones, tanto farmacológicas como medidas higienicodietéticas, para que la corrijan.
Hoy día la mayor parte de las anemias tienen buena solución. Puede ser más difícil de corregirlas si hay un fallo en la producción de sangre por la médula, o sea, bien que sea insuficiente, se haya llenado de tejido fibroso o este invadida por células tumorales. Pero aun así la medicina actual ofrece remedios para mejorar la situación. Por ello, debe consultar con su médico o farmacéutico si sospecha que puede presentar
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