La salmonelosis es una intoxicación alimentaria que está causada por una bacteria llamada salmonella. Esta bacteria habita de forma natural en los intestinos de los animales y los humanos, y se expulsa a través de las heces. Es una de las enfermedades de transmisión alimentaria más comunes y extendidas.
Cualquier alimento es susceptible de estar infectado por la bacteria salmonella si es manipulado por una persona con manos sucias o bien si el alimento entra en contacto con zonas contaminadas.
La mayoría de las personas se infecta por comer alimentos que han sido contaminados. Como se ha comentado, la bacteria se expulsa por las heces de las personas infectadas por lo que una higiene personal adecuada es esencial para prevenir y evitar nuevos contagios.
En la mayoría de los casos la infección produce alteraciones leves, a nivel intestinal, y nuestro sistema inmunitario es totalmente capaz de combatir dicha infección. Sin embargo, en algunas ocasiones, sobretodo en gente mayor, la sintomatología, derivada principalmente de la deshidratación que se genera, es más grave y puede poner en riesgo la vida de los pacientes. La sintomatología suele aparecer entre 6 y 72 horas después de la toma de un alimento contaminado con la bacteria salmonella. Suele cursar con cólicos, dolor abdominal, escalofríos, diarrea, fiebre, dolor muscular, náuseas y vómitos. Para aliviar la sintomatología, debe beber abundantes líquidos para que el cuerpo no sufra de deshidratación. Debe ingerir comidas poco copiosas y evitar las grasas y mantener reposo.
En la mayoría de casos, la infección remite de manera espontánea sin necesidad de tomar tratamiento. En los casos más graves y sobretodo, los que requieren de hospitalización, se aplicará tratamiento con terapia antimicrobiana.
Para poder prevenir contraer la infección, le indicamos una serie de medidas y hábitos que debe adquirir:
- Debe refrigerar o congelar la carne, pescado y productos de repostería antes de su consumo.
- No debe adquirir los huevos que no estén etiquetados y los que no lleven fecha de consumo preferente, estén sucios o rotos.
- No es conveniente que lave con agua los huevos, ya que la humedad favorece la entrada de la salmonella a su interior.
- No debe romper los huevos en los bordes de los recipientes donde vayan a ser batidos y emplee dicho recipiente únicamente para esa operación
- No debe separar las claras de las yemas aprovechando la propia cáscara del huevo.
- Debe evitar el consumo de huevos crudos y de alimentos poco cocidos que contengan huevos crudos, como por ejemplo, mayonesas caseras o ensaladillas.
- Cualquier mayonesa casera o similar debe ser consumida inmediatamente tras su elaboración y no se deben guardar las cantidades sobrantes.
- Debe conservar en el frigorífico los alimentos cocinados y sobras de comida hasta su consumo.
- Se recomienda que utiliza recipientes herméticos para conservar los alimentos refrigerados.
- En bares, cafeterías, restaurantes, etc, no debe pedir alimentos elaborados que estén expuestos a temperatura ambiente pero requieran refrigeración.
- Debe recordar lavarse las manos antes de cocinar, sobre todo si viene del servicio, para no contaminar los alimentos.
- A la vez, debe mantener limpias las superficies, recipientes y utensilios que vayan a estar en contacto con los alimentos.
- Si va a realizar alguna excursión, no debe dejar nunca alimentos preparados al sol o dentro del coche. Debe conservarlos en una nevera portátil.
Consulte a su médico o farmacéutico en caso de que sospeche que pueda haber contraído la enfermedad.
Fuente: SEMI, Sociedad Española de Medicina Interna. Disponible en: https://www.fesemi.org/
Deja una respuesta