Concepto de sobrevivencia
La sobrevivencia se centra en la salud y en los problemas físicos, psicológicos, sociales y económicos que afectan a las personas después de finalizar su tratamiento contra el cáncer. El paciente no es el único protagonista, si no que familiares, amigos y cuidadores también deben considerarse como parte de la experiencia de la sobrevivencia. Los cuidados de sobrevivencia incluyen cuestiones relacionadas con el seguimiento médico, el manejo de los efectos adversos tardíos provocados por el tratamiento, la mejora de la calidad de vida y la salud psicológica y emocional. En esta noticia nos vamos a centrar en la mejora de la calidad de vida a través de la salud preventiva.
La salud preventiva
Uno de los pilares de la sobrevivencia es la salud preventiva, ya que un estilo de vida saludable está relacionado con una mejor salud física y una mayor calidad y esperanza de vida en general. Además, varios estudios demuestran una relación entre un estilo de vida saludable con la prevención de un nuevo cáncer, la reducción del riesgo de recaídas y una supervivencia más larga.
La salud preventiva engloba dos aspectos fundamentales: instaurar estilos de vida saludables y conocer qué se debe evitar.
1. Un estilo de vida saludable incluye realizar actividad física de forma regular, establecer una dieta saludable, alcanzar y mantener un peso corporal normal y gestionar el estrés.
La actividad física debe adaptarse a las capacidades y preferencias de cada paciente. Se recomiendan 150 minutos a la semana de actividad física moderada como caminar, bailar o hacer estiramientos o yoga; o bien 75 minutos de ejercicio intenso por semana como ciclismo, senderismo, correr o nadar. Se recomienda dedicar el mínimo tiempo posible a actividades sedentarias como pasar mucho rato delante del ordenador o de la televisión. El ejercicio regular, además, puede ayudar a reducir la ansiedad, la fatiga o el estrés y puede mejorar la autoconfianza. También es clave para mantener un peso saludable y disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o diabetes. Algunos pacientes pueden sentirse desmotivados o pensar que tienen limitaciones para estar activos físicamente, pero hay que recordarles que hacer ejercicio también puede consistir en actividades como la jardinería, jugar con los pequeños de la casa o hacer las labores domésticas; no todo es ir al gimnasio o correr.
Establecer una dieta saludable es otro factor asociado a la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Sin embargo, dar recomendaciones sobre hábitos nutricionales es difícil, porque cada uno tiene sus preferencias. Algunos consejos para establecer una dieta equilibrada incluyen limitar el consumo de productos de origen animal (especialmente procesados) y alimentos ricos en azúcares libres; y consumir más verduras, frutas, legumbres y granos enteros.
Para alcanzar y mantener un peso adecuado es fundamental consultar con un especialista familiarizado con las necesidades de los sobrevivientes de cáncer antes de cambiar su dieta. Hay que tener en cuenta que hay pacientes que pueden tener como meta tratar de recuperar el peso perdido durante el periodo de tratamiento y en otros puede ser recomendable que intenten perder algo de peso para llegar al peso corporal normal. Mantener un peso adecuado influirá positivamente en la vida diaria de los pacientes, aumentando su autoconfianza y disminuyendo el riesgo de afecciones físicas.
Aprender a manejar el estrés es importarte para mejorar la calidad de vida y la autoestima de estos pacientes. Algunos consejos para manejarlo incluyen solicitar la ayuda de expertos, hablar sobre las cosas estresantes con los amigos, solicitar asesoramiento de otras personas en la misma situación, participar en grupos de apoyo o participar en actividades como meditación, yoga, ejercicios o nuevas aficiones. No hay que olvidar que, en primer lugar, hay que intentar hablar con los miembros de la familia o amigos y consultar con los especialistas sanitarios en este tema.
2.Evitar el consumo de alcohol y dejar de fumar es fundamental. El consumo de excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el de garganta, laringe, esófago o hígado. Además, disminuye el estado físico y se asocia con cambios de comportamiento y problemas en el lugar de trabajo y en las relaciones personales. Fumar también se ha asociado con el desarrollo de tumores, sobre todo de pulmón, y se relaciona con un mayor riesgo de hipertensión y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
No hay que olvidar evitar la exposición excesiva a la radiación UV, ya que puede causar problemas de piel e incrementar el riesgo de desarrollo de melanoma.
Fuentes utilizadas (consultadas 03/03/2022):
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