La viruela del mono, denominada MPXV, es una enfermedad zoonótica viral poco frecuente. Los primeros casos en humanos se identificaron en la República Democrática del Congo en 1970. El número de casos en otros países de África ha ido aumentando en la última década y en la actualidad hay brotes confirmados activos en diversos países africanos. Fuera de África se documentaron hasta 47 casos desde 2003 hasta 2021.
El 14 de mayo de 2022 la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido (UKHSA) informó sobre dos casos en Reino Unido sin antecedentes de viajes ni contacto con un caso importado. Desde entonces numerosos países de Europa también han comunicado casos confirmados; siendo la primera vez que se notifican cadenas de transmisión en Europa sin vínculos epidemiológicos conocidos con África.
La transmisión de esta enfermedad de persona a persona es a través de gotas respiratorias grandes durante el contacto cara a cada prolongado. Además puede transmitirse por contacto directo con fluidos corporales u objetos contaminados. La trasmisión entre parejas sexuales, debido al contacto íntimo, parece ser el probable modo de transmisión en los casos detectados en las últimas semanas.
La infección por MPXV suele ser auto limitada, con un periodo de incubación es de 6-16 días. El cuadro clínico cursa con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre 1-5 días después de la aparición de la fiebre se desarrolla una erupción cutánea, que suele afectar a la cara y las extremidades. La erupción evoluciona a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.
Históricamente se ha demostrado que la vacunación contra la viruela protege de esta enfermedad.
Ante los últimos casos de esta enfermedad, el Ministerio de Sanidad ha desarrollado un protocolo para garantizar la detección y el diagnostico precoz de nuevos casos, para adoptar las medidas de control de forma inmediata y evitar así casos secundarios.
Para garantizar un diagnóstico precoz el protocolo incluye criterios clínicos, epidemiológicos y de laboratorio. Con estos criterios los casos se clasifican en sospechosos, probables y confirmados.
Este protocolo también recoge que tras un caso sospechoso, desde los servicios asistenciales se deberá contactar con Salud Pública para notificar el caso. En caso de confirmarse el caso se debe cumplimentar una encuesta que recoge datos como fecha de inicio de síntomas, manifestaciones clínicas, distribución y estadio del exantema, complicaciones, datos de laboratorio, datos del riesgo sobre viajes internacionales o exposiciones y antecedentes médicos de interés.
En cuanto a las medidas de control, se remarca que todos los casos en investigación o confirmados de MPXV deben permanecer aislados y bajo vigilancia. En pacientes no hospitalizados se requieren las siguientes actuaciones:
- Mantener a la persona en separada de otros convivientes hasta que todas las lesiones hayan desaparecido.
- Usar mascarilla quirúrgica, especialmente en aquellos pacientes con síntomas respiratorios.
- Permanecer en el domicilio, excepto cuando se necesite atención médica. En este caso hay que llevar mascarilla y no utilizar el trasporte público.
- Los/as convivientes deben evitar en lo posible el contacto con el caso.
- Es necesaria una adecuada higiene de manos después del contacto con personas infectadas.
- Evitar el contacto con animales silvestres o domésticos, por lo que las mascotas deben ser excluidas del entono del paciente.
El protocolo también incluye medidas de control medioambiental como lavar la ropa de cama o toallas que puedan estar contaminadas con agua a 60 grados, con detergente y separadas del resto de la ropa de la casa. También recomiendan no compartir platos y otros utensilios para comer y beber; y estos deben lavarse con agua caliente y jabón. Las superficies y objetos contaminados deben limpiarse con lejía a una dilución de 1:100.
Fuentes utilizadas (consultadas 22/05/2022):

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