En nuestro país se estima que el 50% de los pacientes crónicos no son adherentes a los tratamientos, esto supone un importante problema de salud pública. La falta de adherencia está asociada a una menor calidad y esperanza de vida, además, puede llevar a un peor control de la enfermedad y a un aumento de las complicaciones, consultas y hospitalizaciones.
Las acciones respecto al tratamiento en el paciente crónico están condicionadas por la complejidad del proceso de su enfermedad. Estas acciones pueden disminuir el cumplimiento de sus tratamientos.
Por este motivo, es importante identificar a los pacientes con riesgo de falta de adherencia. Para ello se requiere tener en cuenta sus características sociológicas, sus conocimientos y actitudes ante la enfermedad y sus hábitos y estilos de vida. De esta manera se puede determinar qué intervenciones individualizadas pueden ser más efectivas para cada tipo de paciente.
Según su perfil socio-demográfico y su nivel de adherencia podemos clasificar a los pacientes crónicos en 5 tipos:
En función del tipo de paciente, se pueden llevar a cabo una serie de acciones para mejorar la adherencia:
Algunos ejemplos de acciones destinadas a aumentar la adherencia son las siguientes:
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